Lavavajillas industrial y lavaplatos industrial, disponemos de los mejores lavaplatos para uso en hostelería, además de cestas y accesorios de lavavajillas. Disponemos de accesorios para lavavajillas, cestas y complementos.
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Hoy en día, cuando visitamos un local de hostelería para hacer una comida, cenar o tomar algo sin más, muchos nos preguntamos cómo aseguran los locales la limpieza y desinfección de sus vajillas. Las palabras mágicas en este caso son lavavajillas industrial.
En un momento como este, en el que debido al COVID-19 y sus múltiples variantes todos miramos con lupa hasta el color de la cucharilla del café, los lavavajillas industriales son más importantes que nunca.
Y es que los hosteleros han sido los más castigados por la pandemia. Pensémoslo, ¿Cuántas veces hemos dejado de ir a tomar algo por miedo a contagiarnos de COVID-19? Seguro que más de una. No hemos de preocuparnos ni culparnos, es normal. Todos hemos tenido miedo.
Lo bueno es que un lavavajillas profesional no es muy complicado de conseguir y su precio no es demasiado elevado. Hoy en día, los lavavajillas son máquinas asequibles, fáciles de emplazar y de mantener y que cualquier local de hostelería puede permitirse.
Uno de los motivos que más nos pueden preocupar a la hora de comprar un lavavajillas industrial es el problema de los repuestos para lavavajillas industrial. No solo deberemos mirar la calidad de la máquina industrial, sino que también habremos de tener en cuenta el coste de sus repuestos. No es una buena inversión comprar una máquina económica cuyos repuestos tengan un precio desorbitado. Deberemos siempre dejarnos asesorar por profesionales que conozcan bien la maquinaria que necesitamos. De hecho, una de las mejores formas de comprar un lavavajillas de tipo industrial es dejar que un profesional nos asesore, pues conoce bien el mundo del lavavajillas industrial y su precio .
Esto es lo primero que debemos tener en cuenta: qué necesita un lavavajillas profesional para trabajar. Aunque hay muchísimos tipos de máquina, en general, todos ellos comparten unas similitudes básicas.
No cualquier tipo de agua. El caudal ha de tener entre dos y cuatro atmósferas de presión para que la mayoría de los equipos puedan operar de un modo óptimo. Más de cuatro atmósferas o menos de dos son una invitación a la avería. Lo ideal sería tratar o depurar el agua antes de que la máquina la absorba. En nuestro país, la calidad de las aguas urbanas no es demasiado buena, al menos para las máquinas lavavajillas.
El lavavajillas también tendrá que conectarse a un desagüe, que debería estar situado a ras de suelo para que la fuerza de la gravedad ayude a vaciar la máquina. En caso de que no podamos utilizar un desagüe a ras de suelo, debemos consultar con nuestro profesional la posibilidad y viabilidad de usar una bomba de desagüe. Aunque esta debería ser una última opción.
Como en cualquier electrodoméstico, aunque se trate de un equipo industrial, no es recomendable usar un enchufe cualquiera. Dependiendo de su tamaño, estas máquinas de lavavajillas pueden consumir entre los 2500 vatios y los 5000 vatios de media. Hay máquinas con consumos incluso mayores incluso, pero estas son más difíciles de encontrar.
Lógicamente, llevarán una corriente trifásica. Lo ideal es que, al diseñar y realizar la instalación eléctrica, se haga una línea independiente para estos aparatos. Así evitaremos que un fallo eléctrico afecte al buen funcionamiento del resto del local.
Una vez que tenemos estos dos primeros puntos en cuenta, la siguiente pregunta a realizarnos es muy sencilla: ¿Qué vamos a lavar en nuestro lavavajillas? No se trata de una pregunta trampa, es una cuestión importante. Lo es porque, en función de lo que vayamos a lavar y cuánto lavemos, vamos a necesitar un aparato más pequeño o algo realmente inmenso.
Si nuestro local no es demasiado grande y no sirve comidas, con un sencillo lavavasos deberíamos tener más que suficiente. Tenemos desde aparatos de 30 por 30 hasta los de 50 por 50; las dimensiones dependen del tamaño de las bandejas que cargan. Los lavavasos son muy útiles para los locales que no sirven comidas, o que sirven pinchos con las consumiciones. Los lavavasos no consumen mucha energía y tampoco ocupan demasiado espacio. Se pueden situar, y de hecho así se ubican habitualmente, en la barra del local.
Si disponemos de un pequeño local con una cocina en funcionamiento, lo ideal es tener dos máquinas. Por un lado, una lavavasos; y en la cocina, un lavavajillas. De este modo, podremos evitar que la grasa de los platos, utensilios y menaje de cocina impregne los vasos. Cualquier profesional, a la hora de montarnos los equipos, nos recomendará no mezclar los utensilios en los lavados. Es decir, no poner los platos y el menaje a la vez. Aunque, por norma general, esto va a depender siempre de las necesidades del servicio. Casi siempre, los platos y la cubertería se terminan mezclando, aunque no es lo más recomendable.
Muchas veces, es mejor perder un poco de tiempo (el lavado de las máquinas suele durar 120 segundos) que arriesgarnos a tener una avería o, peor aun, un accidente por meter en el lavavajillas los platos y cuchillería al mismo tiempo, por ejemplo.
Ahora bien, si disponemos de una cierta cantidad de espacio, en vez de utilizar un lavavajillas de estilo frontal (el de toda la vida), podemos subir un escalón en nuestra maquinaria y utilizar un lavavajillas de capota. Los lavavajillas de capota se diferencian de los convencionales, principalmente, por que su apertura se realiza hacia arriba en vez de hacia delante. Son equipos muy eficientes que agilizan el trabajo de carga y descarga, así como la gestión rápida de la carga en cada lavado.
Siempre hay un pasito más. Si disponemos de tres cosas esenciales: espacio, un personal muy preparado y el trabajo optimizado (y además no tenemos demasiado personal en la cocina), nuestra mejor opción sería, sin duda alguna, un equipo de arrastre.
Los lavavajillas de arrastre miden uno 50 por 50 cm y funcionan de una forma parecida a un lavado de coches. Son, en realidad, un túnel de lavado para la vajilla de nuestro local. Son automáticos. Es cierto que otros modelos también lo son, pero los de arrastre son túneles de lavado que, además, enjuagan, enjabonan, lavan, aclaran y secan. Todo negocio con un volumen de trabajo grande debería contemplar los lavavajillas de arrastre como su única opción. Ahorran tiempo y personal porque no hay que prestarles una excesiva atención. Un solo pinche podría hacer más cosas y atender este lavavajillas a la vez. Con lo cual, estos equipos nos ahorran dinero en la cocina.
¿Cómo funcionan? Seguro que nos hacemos esta pregunta. En realidad, es muy sencillo. Las bandejas se cargan sobre unos rodillos situados al principio de la máquina, que tiene la forma de un túnel de lavado para coches (obviamente, más pequeño). A partir de aquí, la máquina irá desplazando las bandejas en su interior por todos los pasos del lavado. Esto es gracias al movimiento de los rodillos, que trasladarán las bandejas y e irán llevándolas por el enjuagado, enjabonado, lavado, aclarado y secado.
Incluso, muchos modelos tienen también una función abrillantado. Como ya mencionamos, solo necesitaremos que un miembro del equipo se encargue de cargar la máquina y de descargarla después. La vajilla quedaría dispuesta para ser alistada al momento. Si nuestro volumen de trabajo es grande o va a serlo, no debemos dudarlo: nuestra máquina ideal es una de arrastre.
¿Cómo saber qué equipo nos hace falta? Es sencillo. Lo primero, debemos dejar que nuestro profesional nos aconseje una vez que le hayas explicado lo que vamos a hacer. También debemos tener una idea aproximada de cómo queremos lavar. Si nuestra idea es montar un pub, una discoteca o un bar de copas (locales donde solo vamos a servir copas), está claro que solamente necesitaremos los lavavasos. Según el tamaño del local, compraremos más o menos unidades. Como poco, nos hará falta una. Si vamos a servir comidas, es ideal que separemos la vajilla y la cristalería, para evitar que esta última se opaque.
Aunque parezca lo contrario, y salvando las distancias, las máquinas industriales funcionan de un modo muy parecido a las domésticas. Quizás, la mayor diferencia que podríamos encontrar entre un lavavajillas domestico y uno industrial es que los tiempos de trabajo en el industrial son sensiblemente más cortos.
Los pasos que lleva a cabo un lavavajillas, ya sea industrial o domestico, son los siguientes.
Precalentado: En esta fase, la máquina calienta el agua hasta los 50 ºC para iniciar el lavado.
Lavado: La máquina carga el agua a presión y, junto con el detergente, la proyecta sobre la carga a una temperatura de 55 ºC. En este paso, el movimiento de los brazos de lavado de la máquina realizan una limpieza homogénea de la carga.
Higienizado: En este paso, la máquina inyecta el abrillantador en el agua y calienta la mezcla hasta los 90 ºC. De la misma forma que en el paso anterior, gracias al detergente, los brazos de lavado se encargan de higienizar, abrillantar y secar toda la carga del lavado de un modo homogéneo.
Por supuesto, no nos olvidamos de un detalle crítico a la hora de elegir la maquinaria que necesitamos en nuestro local: el dinero. Evidentemente, un lavavajillas profesional es una herramienta cara (según cómo se mire). Si nos facilita un mayor rendimiento y que nuestros consumos en energía, agua, detergente y demás productos sean menores (y no nos da problemas de averías), no se trataría de un gasto sino de una inversión. Muchas veces, estamos tentados a coger una máquina de un precio inferior sacrificando algunos ?extras inútiles? que, después, resultan ser más o menos necesarios.
Existen múltiples formas de pago para la compra e incluso el renting de los equipos. Las alternativas de pago nos facilitan iniciar nuestro negocio o renovar el equipamiento si ya estamos en marcha. Hoy nadie espera que un cliente abone los productos a tocateja, como se hacía antiguamente. Todos los proveedores de maquinaria, incluidos los vendedores de lavavajillas industriales, pueden ofrecer a sus clientes distintos métodos de financiación para el precio de un lavavajillas industrial. Existen desde los diversos sistemas de leasing hasta los rentings de equipos.
El renting consiste en alquilar las máquinas de nuestro local y pagarlas como si se tratara del alquiler de un coche. Gracias al renting, hoy nadie debería preocuparse a la hora de estudiar el equipamiento que necesitará instalar en su negocio. Eso sí, como hemos dicho, lo ideal es que nos dejemos asesorar por un profesional para desarrollar todo el proceso. Así podremos tener la tranquilidad de que personas capacitadas, que realizan instalaciones de estos equipamientos a diario, se aseguran de que los lavavajillas se ajustan a nuestras necesidades. Un profesional verificará que los productos están adaptados al trabajo que vamos a darles, están situados en los lugares más adecuados e instalados de la mejor forma posible para asegurar su efectividad y durabilidad.
Gracias a nosotros, los clientes pueden tener la tranquilidad necesaria para llevar adelante su negocio, sin preocuparse de que los equipos no estén bien emplazados, situados o dispuestos para el trabajo. Instalamos cualquier tipo de lavavajillas industrial. Invitamos a contactar con nuestros profesionales, que tienen los conocimientos necesarios para poner los equipos a punto. El cliente tan solo tiene preocuparse de su trabajo en el establecimiento.
Deja que tu establecimiento hable por ti y que las tareas de nuestros profesionales del equipamiento industrial hablen por ellos. Del mismo modo que tú no decepcionas a tus clientes, sin duda, nuestros expertos no te decepcionarán. En ClimaHostel, te animamos a mirar nuestro catálogo completo para comprar tu lavavajillas industrial. Tenemos disponibles todos los modelos que hemos visto en esta guía, así como muchos otros electrodomésticos en sus secciones correspondientes.
