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La importancia del aire limpio en el día a día es crucial. En este elemento circulan todo tipo de partículas, esporas y gérmenes que podrían resultar nocivos. Una buena muestra es el reciente COVID-19, el cual podría causar estragos en un espacio cerrado en el que el aire no se purifica adecuadamente. ¿Qué razones nos llevan a buscar la pureza en este elemento?
Aire limpio para garantizar la salud
Tanto en exteriores como en interiores, la necesidad de aire limpio afecta de lleno a la salud. Hoy somos más conscientes que nunca de los efectos negativos que causa la polución ambiental. Sin embargo, la diferencia entre ambos ambientes radica en que en el exterior el aire está en constante renovación, salvo en algunas localizaciones, como las inmediaciones de una zona industrial. Así, no podemos bajar la guardia a la hora de mantener una renovación óptima del aire en el interior de un edificio.
El aire en espacios cerrados puede ser muy nocivo, unas dos o tres veces más que en el exterior. Esto se debe a que no hay un reciclado natural del aire, el cual puede llegar a estancarse en lugares sin ventilación. La habitabilidad de estos lugares es reducida, ya que la salud de las personas acabará viéndose afectada. El aire contendría en suspensión diversos agentes, los cuales no harían más que acumularse.
Uno de los más peligrosos son los virus y bacterias que usan este medio para propagarse. Este es el caso del reciente coronavirus, el cual, si bien no se propaga estrictamente por el aire, sí que permanece en suspensión gracias a las diminutas gotas de saliva que expelen los seres humanos. La tos o un estornudo pueden liberar millones de virus, los cuales permanecen horas en suspensión esperando a ser inhalados en cualquier momento.
Así, un espacio cerrado sin una correcta ventilación se acabará convirtiendo en foco de contagio y, además, también causará otros problemas de salud. Este es el caso de las afecciones respiratorias, que se agravan cuando el aire no es suficientemente puro.
Incluso los edificios se ven afectados por una ventilación deficiente, ya que las humedades tenderán a perpetuarse y podría darse el síndrome del edificio enfermo. En estos casos, la mala ventilación propicia la acumulación de gases nocivos, como el dióxido de carbono, metales, plásticos o vapores orgánicos, cuya alta concentración resulta tóxica. Las personas acaban padeciendo dolores de cabeza, picor en los ojos o lipoatrofia semicircular.
En definitiva, la importancia del aire es capital para garantizar nuestra salud, y aún lo es más durante la presente pandemia. Conseguir que el aire se recicle continuamente es indispensable, por lo que debemos buscar las mejores soluciones a nuestro alcance para no enfermar, como las que ofrecemos en nuestra web. En ella mantenemos nuestros servicios activos y brindamos asesoramiento sobre nuestros productos de hostelería. ¡Adelante!
