Es fácil, si se tiene un negocio, haber oído hablar de los lavamanos de pie con pedal. De hecho, la norma comunitaria C.E. 852/2004 obliga a su uso en cualquier negocio en que se produzca una manipulación de alimentos.
Al margen de consideraciones legales, estos productos son de gran utilidad para lavarse las manos de una forma higiénica. De esta manera, se evita el contacto con sustancias sucias y partículas de polvo, que siempre están flotando en el ambiente y que solo se pueden quitar de la piel con una tecnología aséptica.
Son unas cualidades que han extendido el uso de los lavamanos con pedal de pie. Cada vez, se encuentran en más establecimientos. No solo en aquellos en los que se manipulan alimentos, sino, por ejemplo, en los que hay un contacto con pacientes humanos o animales, como los centros de masaje y fisioterapia, los hospitales, las clinicas veterinarias...
Es un accesorio indispensable para su adecuado funcionamiento. En concreto, para la correcta circulación del agua para que llegue a nuestras manos en las debidas condiciones.
Hay muchos tipos de llaves para lavamanos. Las más frecuentes, las que quizás vemos en la mayoría de los casos, son las de acero inoxidable. Es un material que garantiza un correcto funcionamiento del lavamanos, a la vez que aguanta bien el paso del tiempo y el constante contacto. Pero no es el único, ya que los modelos actuales también suelen venderse en satín, cromo... materiales también de una magnífica calidad.
Y es probable haber visto también las llaves automáticas. Es un modelo cuyo uso se está potenciando, debido a las numerosas ventajas que implica. Su funcionamiento es bastante simple, ya que simplemente se activan de un modo inmediato, cuando el sensor que llevan instalado percibe algún movimiento, por pequeño que este sea. De esta forma, se ahorra mucho tiempo en el lavado de manos. Es una inteligente medida que asegura rapidez, a la par que lucha contra el cambio climático. Muchos de estos productos se apagan en cuanto dejan de percibir movimiento, por lo que solo se emplea el agua que se necesita.
Otro accesorio indispensable para que podamos utilizar un lavamanos en las condiciones esperadas es la válvula. Es un producto fácil de encontrar, pero que hay que escoger con cuidado, asegurándonos de que sea el adecuado para nuestro lavamanos. Ello implica estudiar con detenimiento una serie de aspectos técnicos. Por ejemplo, el tipo de lavamanos que tenemos instalado, es decir, si este es plano o profundo, en función de su capacidad de almacenamiento del agua. En los lavabos planos suele dar buenos resultados una válvula fija, ya que estos productos tienden a acumular poca agua.
Aunque la distinción más frecuente que suele hacerse, en materia de válvulas, es entre las automáticas y las tradicionales. Estas últimas se suelen conocer con el nombre de tragacadenillas. En estas, hay una cadena, que se sujeta al lavamanos y tiene un tapón en su extremo final para impedir así el paso del agua. En cambio, las primeras se abren y se cierran con una varilla o pequeña palanca situada detrás del grifo.
Aunque suele preferirse el uso de las primeras, en realidad las segundas también suelen ofrecer un magnífico servicio. No hay mucha diferencia de calidad, por tanto. Hay que atender a otras factores, como si la pared queda o no cerca del espacio donde colocaremos el grifo. En estos casos, es mejor apostar por la válvula tradicional, ya que la automática necesita más espacio para mover la varilla que la acciona.
Por supuesto, no son los únicos tipos de válvula que se pueden encontrar. También está la fija, que ni se abre ni se cierra. Su posición es siempre la misma. Es frecuente verla en los baños públicos.
Por su parte, la válvula de pulsación o en click-clack sí se mueve. También es muy frecuente verla en los baños, especialmente en los inmuebles privados. Es un modelo cómodo y práctico, además de fácil de sustituir. De hecho, suele comprarse por separado.
Es un accesorio indispensable en los baños de los hogares. También en las cocinas. Siempre existe una gran variedad en lo que respecta al diseño de estos productos, de modo que no hay que preocuparse por la estética de nuestra casa, ya que es muy probable que encontremos lavamanos que se adapten a ella.
Tampoco debemos preocuparnos si tenemos un lavamanos en nuestra vivienda y se ha estropeado. Podremos encontrar, con facilidad, piezas de repuesto para que vuelva a funcionar como antes. Piezas que pueden ser llaves, pedales, válvulas...
En caso de estar interesados en instalar un lavamanos con pie en el domicilio, nuestro catálogo puede ser de utilidad. Incorporamos modelos de calidad, a unos costes asequibles. Tenemos modelos realmente económicos, como el lavamanos manual que se puede comprar por tan solo 175,33 euros. Está fabricado a base de acero inoxidable. También incorpora un pedal para accionarlo y salida de agua. Se puede comprar con los tornillos y casquillos necesarios para su fijación a la pared.
Lógicamente el nivel de prestaciones de estos productos suele ascender en función del coste. No obstante, modelos como el anteriormente descrito ofrecen un buen funcionamiento. Se encuentran a la altura de las expectativas que puede generar su utilización en un hogar y pueden dar buenos resultados en establecimientos públicos, donde la cadencia de uso es mayor y más intensa.
En general, estos productos de lavamanos de pie ofrecen un buen plazo de garantía. Si bien lo normal es que, en las condiciones habituales de uso, funcionen bien, en caso de avería, siempre se pueden comprar piezas de repuesto, una opción interesante, ya que es fácil encontrar por separado grifos, válvulas, pedales... Son fáciles de instalar, y se puede hacer personalmente, sin necesidad de llamar a un técnico para que venga a hacerlo. Y, si hay alguna duda al respecto, lo mejor es contactarnos para que nos pongamos manos a la obra.
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