Vitrina caliente
Una vitrina caliente nos facilita mucho el trabajo en bares, restaurantes, residencias estudiantiles, etc. También ofrece su utilidad en casa. No siempre podemos coordinar el horario entre todos los miembros de la familia a mediodía o para la cena y estas vitrinas contribuyen a que la comida siempre esté lista para cualquiera de los integrantes. Además, permiten que, si hemos preparado varios platos, todos presenten en la mesa su temperatura adecuada, sin que el escalonamiento temporal necesario para prepararlos les afecte a la hora de comerlos.
Por su parte, una vitrina calienta tapas también nos sirve para agilizar el trabajo en un bar o restaurante, a la vez que acerca sin riesgos de contaminación el producto al consumidor, ya que dichas elaboraciones suelen reposar sobre las barras. El cuidado de las comidas expuestas juega un papel fundamental en su consumo. Para ello se necesitan este tipo de vitrinas o vitrinas refrigeradas.
Las vitrinas en hostelería: la mejor carta de presentación
La presentación y la apariencia de los alimentos son fundamentales para la toma de decisiones de los consumidores. Si nos referimos a los platos ya compuestos de un restaurante, por ejemplo, está demostrado que la exposición visual influye en las preferencias de los clientes. Comemos con los ojos y es una realidad que deben tener en cuenta nuestros restauradores. El marketing sensorial o neuromarketing valora, precisamente, estos aspectos para incrementar el número de ventas. Las vitrinas en hosteleria juegan un papel primordial a la hora de mostrar las excelencias de los platos preparados o de promocionar platos fuera de la carta.
La vitrina caliente: cuando el tiempo importa
Disponer de una vitrina caliente no solo contribuye a la promoción de determinados platos y constituye una excelente forma de invitar a nuestros clientes a su consumo, sino que nos permite optimizar los tiempos. Es un elemento tan valioso para conservar los alimentos, como lo es comprar un nevera. Es un servicio especialmente valioso en las horas punta, cuando se produce una mayor afluencia de clientes, y una atención fluida va a ser clave para fidelizarlos. Aunque tengamos el mejor restaurante del mundo, si el tiempo entre la comanda y la recepción de los platos en la mesa es grande, estamos condenados al fracaso.
Las vitrinas calientes nos ofrecen una ayuda inestimable para que esto no ocurra. En ellas, podemos conservar en calor los platos ya compuestos o a falta del toque del chef, en condiciones óptimas y sin necesidad de que implique un coste en tiempo significativo para su completa presentación.
Características de las vitrinas calientes
Las hay grandes y de sobremesa, aunque el sistema de calor es exactamente el mismo en ambos tamaños. Disponen de un ventilador para repartir homogéneamente el calor en todo su interior y un depósito de agua interno o un cajón para garantizar una atmósfera húmeda que no reseque la comida.
Proporcionan temperaturas regulables de 30 a 90 ºC. La mayoría de ellas presentan, además, iluminación con luces LED en su interior, con lo que la visualización es aún más efectiva.
Respecto a los acabados, los hay con cristal frontal curvo o recto. También se ofrecen distintos colores según los fabricantes y los modelos para que combinen con la decoración general de nuestro local.
Vitrina calienta tapas
Cuesta trabajo imaginar en nuestro país un bar que no llene sus mostradores de vitrinas calienta tapas ofreciendo sus especialidades a la hora de tomar el aperitivo. El trabajo frenético en las cocinas se relaja un poco en esta clase de locales. Además, la visualización en esas horas tan claves en lo que a apetito concierne contribuye a generar una mezcla de necesidad y deseo en los consumidores que buscan su satisfacción inmediata.
La cultura de la tapa es uno de los secretos del éxito de nuestra hostelería respecto a los países de nuestro entorno. Sin duda, actúa de reclamo turístico, pero es la mentalidad de los consumidores nacionales la que ha conseguido que esta tradición arraigue tanto.
La rapidez que exige el servicio de tapas se relaja al contar con estas vitrinas porque mantienen las especialidades a la temperatura óptima de consumo y su disponibilidad es, por tanto, de carácter inmediato.
Características de una vitrina de tapas
Se fabrican con dos sistemas distintos de calentamiento: de calor seco y del tradicional baño María. Una vitrina calienta tapas de calor seco se suele utilizar para mantener el calor en frituras tanto de pescado como croquetas, empanadillas y todos aquellos preparados que deseemos que conserven una textura crujiente. También son muy útiles estas vitrinas en una panaderia.
El sistema de calentamiento al baño María nos evita tener que recalentar, lo que estropearía multitud de preparados como la mayoría de las salsas realizadas con nata. Permite que la comida conserve su textura original de humedad sin que se reseque.
Algunos bares o restaurantes cuentan con los dos sistemas, o bien, a la hora de comprar una vitrina optaron por el sistema de calentamiento al baño María y ofrecen sus especialidades fritas recién hechas en la cocina a sus clientes.
Disponen de un termostato de control de la temperatura. Esta puede alcanzar hasta los 90 grados, lo que asegura poder servir nuestras especialidades a la temperatura más adecuada para ellas.
En cuanto a los diseños, dado el uso generalizado de este artículo en nuestra hostelería, los fabricantes españoles son los más innovadores y los que más han cuidado los detalles. La mayoría de ellos ofrecen acabados de diversos colores para que terminen integrados en la decoración general. También las cubetas de medidas estandarizadas Gastronorm se ofrecen con acabados de distintos colores.
Por otro lado, los diseños están pensados para facilitar su limpieza y cumplir de manera sencilla las exigentes obligaciones sanitarias al respecto. Muchos fabricantes ofrecen, además, iluminación con luces LED opcional.
El neuromarketing es la clave
El neuromarketing aplica los resultados obtenidos de los estudios en neurociencia al marketing. Se encarga del estudio del comportamiento de los consumidores ante cierto tipo de estímulos sensoriales, de los que los visuales suelen ser los más determinantes.
Si ofrecemos platos o tapas que no se ven y otros que el consumidor visualiza, probablemente los que permanecen a la vista serán más demandados que los que no puede contemplar.
El acierto y cuidado de esta exposición en una vitrina caliente o en una vitrina de tapas puede incrementar notablemente los rendimientos del local. En ClimaHostel esperamos que este artículo haya suscitado interés e invitamos a nuestros clientes a visitar nuestra web.
